domingo, 3 de agosto de 2014

Usemos los adverbios y adjetivos como se debe

La Nueva gramática de la lengua castellana (dos mil nueve-dos mil once), primera gramática académica desde mil novecientos treinta y uno, es una obra consensuada por todas y cada una de las academias de la lengua y entrega una señalada atención a los usos del de España en las diferentes áreas lingüísticas, lo que forma una de sus primordiales novedades.

A veces se limita el empleo del término gramática a las reglas y principios que definen el segundo de estos niveles. No obstante, la separación de los niveles no es absolutamente nítida por el hecho de que ciertas reglas gramaticales se efectúan en el nivel fonético-fonológico y también del mismo modo existen parámetros o bien criterios semánticos que sirven para decidir cuándo una determinada construcción es gramatical.

Estos son los diez consejos que este autor dio al periódico The Guardian hace algún tiempo.

Nunca comiences un libro hablando del tiempo para entregar entorno, si bien sí que puedes hacerlo si quieres para enseñar la reacción de tu personaje ante ese tiempo.
Evita los prólogos. En una novela, el prólogo se utiliza para charlar sobre la historia de fondo de los personajes. Y esa información la puedes deslizar asimismo en cualquier otro punto de la historia.
Nunca emplees otro verbo que no sea “afirmó” para acotar el diálogo. El diálogo pertenece a los personajes y las acotaciones son el sitio en el que el creador mete su nariz a fin de que el lector sepa quién está hablando. El creador debería ser lo menos intrusivo posible.
Nunca utilices un adverbio para alterar ese verbo “afirmó”. Éste es un pecado mortal. Al usar esos adverbios, el escritor se expone sobre sus personajes, distrayendo al lector y también interrumpiendo el ritmo del diálogo.

Debes tener un adecuado empleo de los tipos de adverbios, adjetivos, pronombres, sustantivos, etcétera

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